Llegáis a Can Grau, una casa de turismo rural situada a escasos kilómetros de la reserva natural de las islas Medes. Situada en el corazón de la naturaleza, escondida de transeúntes y curiosos, con una experiencia de 30 años en turismo ecuestre. Desde allí descubriremos el Empordà, y su naturaleza tan variada, que ofrece muchas posibilidades de viajar a caballo. Múltiples placeres por descubrir en la montaña o para ir de vacaciones a sitios rurales. Estancias cerca de la naturaleza, de la playa, de ciudades como Figueres y Girona. El sitio ideal para unas vacaciones a caballo, y una manera original de descubrir esta región. Despues de gozar de una reconfortante y animada cena vamos a explicar el programa de la semana y degustar uno de los ricos vinos locales. Vamos a hablar de las características de nuestros caballos cruzados de Andaluz y de árabe, aunando lo mejor de cada raza. Tendremos la oportunidad de una charla individual para intentar encontrar el caballo ideal para cada jinete.

Hoy, estamos preparados para iniciar los 180km, que tenemos por delante. Los caballos están descansados y preparados para la aventura. Con muchas galopadas cruzamos los pinares del Alt Empordà. A cada hora pasamos por otro bonito pueblo, castillos, iglesias, arcos, viejas puertas de madera con sus aldabas de hierro, lo más bonito del trabajo de piedra natural del pasado. Cuando cae la tarde, podemos sentir y oler la costa, ya muy cercana, llegamos al Mediterráneo, tenemos el encantador golfo de Rosas delante nuestro. Nuestro hotel para esta noche se encuentra en la misma playa.

Hoy, después de ensillar, entramos en la parte más aislada y salvaje de toda la ruta. Flora, fauna, vida silvestre, naturaleza, vamos a entrar en una zona virgen de la Alta Garrotxa. Por la mañana montamos entre montañas onduladas y bosques de alcornoques. Luego llegamos a Terrades donde haremos un alto para hacer el picnic. Al atardecer llegamos a nuestra destinación, lugar solitario, Sant Martí Sasserres con su célebre Iglesia con rectoría del siglo XII, donde dejamos nuestros caballos para pastar y descansar. Luego nos trasladan en coche hasta el Hotel Masía La Palma en Espinavessa, antigua Masía al lado del rio Fluvià que actualmente se utiliza como casa de turismo rural, sin perder un ápice de su natural y paisajístico encanto.

Siguiendo al lado norte del Fluvià, podemos disfrutar del espectacular escenario fluvial, con sus múltiples especias de aves. Cubrimos muchos kilómetros en poco tiempo, pasando por campos de girasoles, espacios abiertos y bosques. Hacemos una parada y picnic en Besalú, un pueblo medieval, vieja capital, una joya de arquitectura románica situada entre dos ríos. Las plazas, los pilares de piedra y los pasajes en la penumbra, debajo de arcos medievales que son bonitos para observar. Un ambiente único el de este pueblo medieval, con su espectacular puente y su arquitectura románica. Nuestro destino para hoy es el mismo que ayer noche, el Hotel la Masía La Palma, donde Tona y Andrés son los anfitriones perfectos. La casa proviene del siglo XVII y se ha restaurado cuidadosamente. La piscina y la sala están a nuestra disposición. Además tenemos Spa y posibilidad de repetir masajes para quien le haya cogido el gusto. En el restaurante sirven una cocina tradicional, basada en ingredientes locales condimentados con recetas familiares, como ya comprobamos ayer por la noche.

Por la mañana vamos por los bosques y suaves montañas que rodean el pueblo de Ollers, con su prominente iglesia. Aquí encontramos fincas mayestáticas del siglo XII, construidas por la nobleza de la época. Con increíbles vistas a nuestra espalda, entramos en el pueblo histórico de Galliners, donde hay bonitos ejemplos de la arquitectura catalana. Viajamos entre bosques llenos de hierbas aromáticas y paramos para un picnic excelente sentados entre brotes de romero y tomillo. Después de comer continuamos nuestro viaje por el Alt Empordà y haremos unos buenos galopes antes de entrar al pueblo de Vilamarí. La última parte de hoy, es una cabalgata suave, siguiendo la sierra, donde podemos ver la iglesia de Sant Mer, antigua hospederia popular, que está construido en una montaña con vistas a todo su alrededor. Nuestro destino final es Can Grau. Una vez hayamos desensillado, podemos relajarnos en los jardines, o bañarnos en la piscina. Anne y Ramón van a cuidar que nos sintamos como en casa y nos van a servir una cena excelente.

Desayuno y salida. ¡Esperamos vernos pronto otra vez !